La mayor experiencia en un solo día

Por Pedro Pesatti (*)

En el corazón de la Patagonia, la provincia de Río Negro ofrece una experiencia única: en un solo día es posible recorrer paisajes tan contrastantes como la majestuosidad de la cordillera de los Andes y la serenidad del golfo San Matías.

Este viaje conecta escenarios naturales de una enorme singularidad, revelando la belleza y calidez incomparables de una tierra que en verano es el destino de mayor diversidad del país, pero también con cualidades que comparativamente ubican a Río Negro entre las preferencias de los viajeros que ya la conocen.

La mayor experiencia, y en un solo día, puede comenzar en Bariloche, con el

imponente lago Nahuel Huapi como protagonista rodeado de montañas y bosques que se iluminan con los primeros rayos del sol, creando un espectáculo de colores y armonía cautivante con los picos más altos que en verano aún conservan la huella blanca del invierno. Otra opción es El Bolsón, un refugio de inspiración artística y paisajes tranquilos que invita a iniciar la jornada con una conexión íntima con la naturaleza, a orillas del río Manso o contemplando los rayos del naciente en las paredes del Piltriquitrón.

Desde la cordillera, el camino hacia el litoral marítimo recorre la Ruta 23, que atraviesa la meseta de Somuncurá, un paisaje místico y fascinante que conserva intactas las raíces ancestrales de su gente. Este tramo del viaje no es un camino mas: es una oportunidad para

descubrir la serenidad de los pueblos de la región, donde la hospitalidad, las tradiciones y los valores humanos permanecen intactos, reflejando fielmente el espíritu rionegrino.

Al llegar al Atlántico, la magia continúa. El Camino de la Costa comienza en Viedma, una ciudad fluvial ubicada a 30 kilómetros de la desembocadura del río Negro, en el balneario El Cóndor, hogar del faro más antiguo de Argentina y de un memorial en honor a los héroes de Malvinas. Desde allí la ruta se extiende hasta San Antonio Oeste, ofreciendo maravillas que se desgranan a lo largo de un recorrido costero de ciento cincuenta kilómetros. En esta ruta escénica, playas como Bahía Creek, La Lobería, Pozo Salado, Saco Viejo y Punta Perdices se suceden entre acantilados, aguas cálidas y una fauna

marina sorprendente, brindando experiencias únicas en playas donde aún sus arenas esperan ser holladas por el pie del hombre.

En el golfo San Matías, destinos como Las Grutas y Playas Doradas, en Sierra Grande, invitan a disfrutar sus balnearios de aguas mansas y cristalinas. Las Grutas, con su belleza mediterránea y su característico azul turquesa, regala atardeceres inolvidables que marcan el final perfecto de cualquier jornada

Aunque otras provincias como Chubut o Santa Cruz también permiten viajar de la cordillera al mar en un solo día, Río Negro se distingue por la marcada variedad de sus paisajes y la calidez de sus experiencias.

Es el único lugar, en toda la Argentina, donde se puede iniciar el día junto al Nahuel Huapi y concluirlo en el Atlántico o comenzar la jornada entre las olas del mar y despedirlo con un atardecer en la cordillera tras atravesar la convocante meseta de Somuncurá.

Río Negro es un destino para quienes desean explorar la esencia de la Patagonia.

Desde la solemnidad de los Andes, hasta la inmensidad del golfo San Matías, Río Negro no sólo nos cuenta una historia con su paisaje: nos convoca a vivirla y a compartirla con nuestros afectos más sentidos. Y es capaz de garantizar una experiencia que sólo se puede vivir en las aguas más cálidas del golfo San Matías y en la belleza inconmensurable de San

Carlos de Bariloche o El Bolsón. Una experiencia única de calidez y belleza que solo es posible en nuestra tierra, y en un solo día.

(*) Vicegobernador de Río Negro